miércoles, 3 de junio de 2009

RECUERDOS DEL PASADO

Nací en un pueblo llamado San Justo en el Concejo de Salas, en la ribera del Narcea. Aquí pasé mi infancia de la que guardo agradables recuerdos, como cuando a lomos de mi caballo, llamado Norte, recorría los caminos y los prados. En varias ocasiones me tiró al suelo y me di fuertes porrazos, pero a esa edad se puede con todo.
Asistí a la escuela hasta los catorce años y recuerdo a mis compañeros de entonces, cuando jugábamos en le patio en el recreo. Hoy en día, en esa escuela tenemos el centro social y el telecentro, donde asistimos a clase de informática, por eso que irónica es la vida, los mismos mapas que colgaban de aquella escuela son testigos mudos de aquellos momentos y de los actuales. Recuerdo con gran cariño a mi amigo Celestino, ya desaparecido, con el que compartí inolvidables juegos, e incluso fuimos juntos al servicio militar, el cual, lo hicimos en Oviedo, "cerquina" de casa.
Después llegó la juventud y lo pasé muy bien en las romerías de verano, bailando con las mozas. En aquel entonces la gran fiesta de campo era Nuestra Señora de Cornellana, a la que no solía faltar, además llegaba a casa con el canto del gallo.
Aunque no todo era fiesta había que trabajar muy duro, pues todas las tareas se hacían a mano. En mi casa teníamos vacas y además se sembraba la tierra. Se comía "boroña" "entriada" con leche, papas, etc... fueron tiempos muy duros.
Después de varias "novias" y aventuras, llegó el AMOR y me casé con mi adorada Conchita, por aquel entonces vivía en La Espina, en donde trabajaba como encargado de la gasolinera. Allí estuve tres años.
Pero el momento más importante de mi vida fue la llegada de mi hija, de la que estoy muy orgulloso, ella es el motor de mi vida, me trae la alegría cada vez que nos visita.
En cuanto a mi faceta profesional debo de decir que realicé varios trabajos y tuve varios negocios en Oviedo, el último de ellos fue un supermercado, todo ello no habría sido posible sin la ayuda, muy importante, de mi mujer Conchita.
Hoy ya llegada la jubilación hemos vuelto a vivir en nuestra casa de San Justo rodeados de naturaleza ,cultivando mis verduras y hortalizas y cuidando mis manzanos de los que obtengo una excelente sidra que es la delicia de mis visitantes y amigos.
Tan sólo pido a la vida salud para seguir disfrutando y aprendiendo.

Alberto Velázquez
(San Justo)

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