jueves, 31 de julio de 2008

La vida en Novellana

En los años 60 en Novellana resurgía de la miseria de la posguerra, y tenia varios carpinteros, albañiles, 2 peluquerías, un relojero, una mina de caolín, cuartel de la Guardia Civil y 2 escuelas, la de las niñas y la de los niños (que es donde se ubica hoy el telecentro). No se puede decir era una aldea corriente, ya que tenía casi lo mismo que una villa.

En el año 1962 nos dieron el premio “Al pueblo más bonito de Asturias”, cuyo premio consistía en 100.000 pesetas (que por aquel entonces era un dineral), que teníamos que utilizar en una obra para la mejora del pueblo, y la utilizamos para la traída del agua.

Como con 100.000 pesetas no bastaba, todo el pueblo tubo que contribuir, se les ocurrió crear una comisión de vecinos y pensaron que la mejor forma de recaudar dinero era representado obras de teatro por los pueblos vecinos. Tenían clientela fija que los seguía a todos los sitios, porque el buen humor era la tónica de sus representaciones. Ahora mismo no sabemos nada más que ir a pedir dinero al ayuntamiento, si el pueblo necesita algo.

En 1992 junto con Soto de Luiña nos dieron el premio Príncipe de Asturias Al pueblo Ejemplar, Un 30 de Octubre vino príncipe, muchas fotos, comió una buena comida: fabada y arroz con leche, bueno de todo. También “Llovía si Dios la tenía”, no iba a ser todo bueno.


Aquí estoy yo dándole la mano al príncipe ese día, que no me contuve y le tuve que decir "Que guapo eres" y se le escapo la risa.

Desde esta todo empezó a ir patras, se cerraron las peluquerías, marcho la Guardia Civil, las carpinterías, no hay niños no hay escuelas. Marcho hasta el cura.
Llegamos a tener una consulta médica y ahora tenemos que desplazarnos 10 Km, la mayoría en taxi porque ya no hay ni línea de ALSA.
Ahora no tenemos más que casas, sin gente, la mayoría de fin de semana, o veraneo.
Bueno pero para que quejarnos si ahora tenemos el telecentro, que nos enseña a meternos en la red, además de distraernos y reírnos un poquito.

Maria Peréz Menéndez

Novellana Cudillero (Asturias)







miércoles, 9 de julio de 2008

COSTUMBRES PERDIDAS DE MI PUEBLO

Eran los años 48-50 aún en la posguerra, había miserias y necesidades de lo más elemental. Todos los trabajos se hacían de forma rudimentaria y manual.
Era una época en que abundaban la gente joven por las casas, y a pesar del trabajo tan duro, una vez terminada la faena diaria, se reunían casi de forma cotidiana unos días en cada casa llamando a estas reuniones "la fila". Este nombre viene de filar o hilar la lana de las ovejas, donde las mujeres se reunían por las noches para hacer esos trabajos.

Los domingos, casi todos, había una fiesta en la que la juventud se divertía mucho, como es natural.

En el otoño era la época de la recogida del maíz y por las noches se reunían unos días en cada casa al esfoyón, que consistía en esfoyar el maíz (desvestir la mazorca o panoya) y enrrestrarlo para el día siguinte colgarlo en el hórreo para secarlo y luego molerlo.

Al finalizar el esfoyón unas veces se hacía el chocolate para todos los asistentes y otras el amagüesto de castañas, se lo pasaban muy bien.

Todo esto fue desapareciendo debido en gran parte a la emigración, unos al extranjero y otros a las ciudades más próximas, quedando el pueblo casi desierto, son los fines de semana y las vacaciones cuando nos alegran un poco los que nos vienen a visitar.
José T.R de Lavio (Salas)